Una vía respiratoria permeable es indispensable para el manejo del paciente quemado, en quien se debe excluir lesión o edema de la faringe y laringe. La presencia de secreciones abundantes requiere aspiración. Si no hay obstrucción evidente de la vía aérea no debe practicarse traqueostomía, por lo menos de inmediato. La traqueostomía contribuye a exacerbar la infección y se asocia con complicaciones serias. Pero tampoco debe ser evitada si la condición del paciente claramente la exige. En algunos casos puede ser necesaria la cricotiroidotomía como medida de urgencia. |
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